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DECLARACION CONTRA LA DROGA

 

   
     
         
         
         
 
 
Declaración contra la droga
 

Situación actual

La drogodependencia ha aumentado considerablemente estos últimos años y se ha convertido en un juego de intereses económicos y políticos sospechoso.

Las tentativas dirigidas hacia su liberalización ha minado el consenso que existía entre la población contra la droga y ha debilitado las reticencias que había sobre los estupefacientes.


Constantes

Los estupefacientes son sustancias peligrosas que atacan el cuerpo y la personalidad. Privan al hombre de su libertad y destruyen familias.

La drogodependencia no es simplemente una «etapa» de la vida que pasará de forma natural sin dejar secuelas. Las drogas son sustancias psicoactivas, implican una fuerte dependencia, impiden llevar una vida sana y feliz y, desgraciadamente, sólo conducen a un desenlace fatal.

El abuso de estupefacientes se extiende como una epidemia. Se observa, especialmente entre los jóvenes, un fenómeno de contagio psicosocial.

La falta de información sobre los efectos nocivos de las drogas, así como la facilidad con la que pueden obtenerse, conducen a su banalización. Esto provoca un aumento del consumo y, lógicamente, del número de toxicómanos.

Los toxicómanos deben ser objeto de una atención profunda y recibir ayuda médica mediante una terapia dirigida a la abstinencia, encaminada a la recuperación física, la ayuda psicológica y la reinserción en la sociedad.


Principios

1. Por razones éticas, sociales y médicas, todas las medidas adoptadas para luchar contra la drogadicción deben contemplar la abstinencia y una sociedad libre de droga.


2. Nos oponemos a cualquier solicitud de legalización de estupefacientes.


3. La población - en particular la juventud - tiene derecho a estar bien informada sobre los efectos del consumo de drogas en la salud, la familia y la sociedad. Es importante que la información sobre los efectos nocivos de las drogas sea objetiva y adaptada a la edad de las personas a las que va dirigida. Las campañas de prevención del M.I.L.D.T deben difundir una información objetiva. Nos oponemos a las campañas destinadas a minimizar los peligros de las drogas.


4. Los siguientes factores son esenciales para proteger a nuestra juventud de las drogas: apoyo emocional de la familia, tener amigos que no se droguen, el éxito escolar, contar con perspectivas profesionales, con valores positivos y tener un objetivo en la vida. Todo eso contribuye a consolidar la personalidad de los niños y adolescentes y les encamina a decir no a las drogas. Debe reconocerse y reforzarse la labor de la familia, incluso por las autoridades, ya que constituye el pilar más importante de la prevención primaria.


5. Para apoyar las medidas de prevención y reducir la oferta de estupefacientes, hay que prohibirlos.  Estas acciones permitirán acercarse a los jóvenes en peligro e informarles de los riesgos que corren.


6. Todos los ciudadanos tienen derecho a ver su vida familiar, social y profesional, protegida de accidentes, de violencia y de otros efectos negativos de la drogadicción. Hay que perseguir a todos aquellos que conduzcan un vehículo bajo los efectos de la droga y no tolerar que las personas la consuman en su puesto de trabajo. Además conviene impedir cualquier formación de «escenas abiertas». Los niños y los adolescentes tienen derecho a crecer en un ambiente protegidos de cualquier contacto con la droga.

 
7. Todos los toxicómanos y todas las personas con riesgo de serlo, tienen derecho a una asistencia y a una terapia destina a la abstinencia. En efecto: la abstinencia es el único medio eficaz de salir de este mal paso. La terapia puede emprenderse en cualquier momento y debe permitir al drogadicto a aprender, desde el principio, a vivir sin drogas ni sustitutos.
 
8. Nos oponemos a la administración de estupefacientes a los toxicómanos, incluso si se habla de "medidas terapéuticas" o de «pruebas científicas». Estas sustancias son peligrosas porque prolongan y consolidan la dependencia y reducen a nada cualquier oportunidad de vivir sin consumir.
 
9. Cualquier medida preventiva y terapéutica debe apoyarse en bases científicas. La investigación debe responder a las normas científicas y éticas que hayan sido aceptadas a nivel internacional.
 
10. Apoyamos los convenios y acuerdos internacionales que incluyen penas y sanciones contra el tráfico de drogas. Somos contrarios a toda tentativa encaminada a suavizar los principios recogidos en estos textos.
 
11. Nos comprometemos a contrarrestar la desinformación transmitida por los medios de comunicación, que tiende a trivializar el uso de las drogas en perjuicio de la integridad física y psíquica de la juventud.
 
12. Cuentan con nuestro apoyo las asociaciones, federaciones, organismos y personas que muestren su acuerdo con los principios de esta declaración.

13. Apoyamos que los individuos hagan uso de sus derechos y libertades siempre y cuando no amenacen la estabilidad, la salud y el bienestar de la sociedad.
 
Serge LEBIGOT
Presidente

 
     
 
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Parents Contre la Drogue (C) - Serge LEBIGOT